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Él, mi meta, algo que quiero conseguir si o si, porque le quiero, le quiero hasta hartar.
Le necesito, a mi lado, conmigo siempre. Creo que a esto se le llama egoísmo, pero la verdad me da exactamente igual, que si, que ser egoísta no es que sea muy bueno, pero yo solo quiero una cosa, solo UNA, para poder ser feliz del todo.
Quiero que me lleguen a llamar caprichosa, solo por quererle y al final tenerle.
Al escribir esto he recordado aquella sonrisa de niño bueno que tienes, esa, la culpable de que me entre un escalofrío cada vez que la veo, y si se dirige a mi, el escalofrío se multiplica y el rápido latido del corazón se suma a la mezcla de sentimientos.
Creo que soy de las únicas personas que se alegran de que llegue un Lunes, y solo para ver esa mirada de color bambú que tienes.
Me alegro de que llegase ese 9 de Marzo, ese que inconscientemente sabía y quería que llegaría.
Quédate ahí, sentado donde estás, para que pueda verte y desearte, porque dentro de poco, estaré ahí también, sentada contigo.
Te quiero, no, creo que es mucho más, te necesito.